lunes, 8 de diciembre de 2008

Que Bañada...

Esta mañana me he sentido como si estuviese en una de esas escenas en las que el prota de una peli se para a esperar el bus; Marta estaba en el andén de enfrente mío, el tren llega, y cuando se marcha ella ya no está. Sólo quedaba Robertillo de los dos, para volver a decirme adiós a mi.

Por suerte, he tenido que dejar de sorprenderme tanto de que aparezcas delante mio, ya sea aqui o en Chamartín, porque nos estamos empeñando en no dejar pasar el tiempo para vernos. Cada vez estoy más convencido de que me entiendes como poca gente lo hace, y que es algo recíproco. Ya no es, ni mucho menos, la novedad de "que majo es este tio" y "que maja es esta tia" de hace un año y pico. En realidad, dejó de serlo hace mucho tiempo, pero como ser indispensable que te estas convirtiendo para mi, ahora quiero que todo aquel cartuli que lea este blog lo sepa.

Y es que en el día a día, hay muchas situaciones en las que me gustaría que estuvieses conmigo para que haya alguien que entienda algo que nadie más entienda, que me mires, y estalles a reírte como lo haces siempre, con ese estallido de risa que tienes, mezcla entre vergüenza ajena y disfrute, que hace que me no pueda evitar descojonarme contigo y que nos quedemos despollandonos los dos solos, aunque nadie más lo haga, con esa sensación de "los demás no nos comprenden, pero nos da igual".

Eres una de las personitas más grandes que me he encontrado jamás, y no pienso dejar que te vayas de mi lado (aunque vivas en Madrid). Ahora resulta que encima estas con ese tipejo que con todo lo "bañao" que sea, fue capaz de no perder los papeles jugando al Monopoly contra mí en modo arpía. De hecho, Robertito, dudo que el hecho de que seas medio charro sea una mera casualidad, y vales en oro el peso de un paquete de pipas de 200 kg de las de cualquier kiosco de Euskadi. Lo que me jode de tí es que tampoco estes aquí siempre para poder putearte, sabes que me resulta cuanto menos entretenido, jijiji...

Este puente ha sido muy grande; lo he pasado con los dos, hemos visto a las Peñarandinas, y me he reído con los amigos de Rober cosa fina (si alguno leeis esto, que sepais que sois muy grandes tios). Tengo la cabeza hecha mierda a base de calimocho y fumar como carreteros, y necesitaré toda la semana para desintoxicarme, pero ha valido la pena. Una vez más, habeis llegado en el momento oportuno, cuando más necesitaba la risa de Marta y las cretinidades de Rober, y me alegro por vosotros cosa fina...